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¿Qué has roto, la pantalla o el cristal?

Aunque mucha gente no lo sepa, no es lo mismo la pantalla que el cristal de la pantalla. A veces, puede parecer que hemos roto el cristal pero no la pantalla, por lo tanto, podremos seguir usando la pantalla sin ningún problema. Cuando lo que se rompe es la pantalla, ésta deja de funcionar como norma general.

Si se rompe el cristal, la pantalla o ambas lo más habitual es que te recomienden cambiar ambos componentes. Es por eso que el precio de la reparación se dispare en muchas ocasiones, sobre todo si hace falta cambiar ambos componentes.

Ante esta tesitura, hay dos opciones que tendremos que escoger. Comprar un nuevo celular y relegar al móvil roto a algún mueble de nuestra casa u optar por reparar dicha pantalla. Llegados aquí, estamos ante muchas variables a preguntarnos. ¿Hace cuánto tiempo que compramos nuestro celular?, ¿Cuántos nos costaría la reparación u optar por un celular nuevo? y la pregunta fundamental… ¿De cuánto dinero disponemos para acometer cualquiera de estas situaciones? Sin ninguna duda, dependiendo del móvil que tengamos marcará mucho el camino a escoger, no es lo mismo tener un móvil de última generación como un iPhone X o un Samsung Galaxy S10 comprado hace unos pocos meses que tener un celular de gamas más modestas desde hace dos o tres años.

Si dispones de un teléfono de más de tres años, lo mejor es que sí podemos acometer la compra de uno nuevo, optemos por ello. Sí tenemos de un celular  de gama media, pero que tiene menos de un año, lo mejor podría ser optar por cambiar la pantalla del mismo.